Titanic, cien años después navega la tragedia

CIUDAD DE MÉXICO, 8 de abril.- Entrada la noche del 14 de abril buques provenientes de todo el mundo apostados por los siete mares harán sonar sus sirenas por tres minutos, dichos honores, que realizarán barcos de todos los tipos y categorías, se llevará a cabo en conmemoración del aniversario número 100 del hundimiento del mítico transatlántico: El Titanic,que zarpó el 10 de abril de 1912.





Pareciera que cada una de las historias y leyendas del barco, que naufragara justo en su viaje inaugural la madrugada del 15 de abril de 1912, ya están contadas y que cada uno de los detalles de construcción, navegación así como su ocaso, se han revisado una y otra vez. Pero contrario al hartazgo que la historia probablemente debería de causar a las personas que han escuchado de ésta una y otra vez, millones siguen a través de libros, noticias, películas, paseos turísticos e incluso las redes sociales, los detalles de la tragedia del también llamado Buque de los sueños.

Para el presidente de la Fundación Titanic en España, Jesús Ferreiro, el interés en el buque surgió desde el momento de su nacimiento, cuando en la ceremonia de la botadura (acto en el que es puesto en el mar por primera vez  un barco o un velero) asistieron aproximadamente 60 mil personas: “en esa época había tres barcos similares: Olimpic, Titanic y Britanic.

A la botadura del Olimpic acudieron casi mil personas, entre medios y trabajadores; para el tercero de ellos que era el Britanic, se indica que acudieron casi cinco mil personas, pero para el Titanic acudieron más de 60 mil personas, pero nadie sabe por qué no se había hablado del barco en los medios, igual que los dos anteriores para efectuar la botadura”, relató Ferreiro en entrevista para Excélsior.

Poco tiempo después el interés del mundo por el RMS Titanic (Buque de vapor del Correo Real Titanic por sus siglas en inglés), construido en Belfast, capital de Irlanda del Norte; incrementó cuando se dieron a conocer los pormenores de la construcción y majestuosidad de sus instalaciones, que  sobrepasarían las magnitudes de las edificaciones hechas por el hombre hasta entonces. 

Cabe recordar que  el título de inhundible  lo ganó debido a sus imponentes extensiones que alcanzaban los 53 metros de altura, pesaba 46 toneladas y se extendía con 269 metros de largo y 53 de ancho, además de ocupar ingeniería de punta para las 29 calderas que se alimentaban de 159 hornos de carbón los cuales hacían marchar al barco a una velocidad récord de 43 kilómetros por hora.

El shock mundial fue inmediato, cuando el esfuerzo de la mano del hombre se vio reducida a escombros  por la fuerza de la naturaleza, después de cinco días en altamar, el barco zozobró al impactar con un témpano de hielo gigante y resultó en una catastrófica pérdida de 1522 vidas.

A decir del también prestigiado periodista y especialista en materia de navegación, Ferreiro, el factor más sobresaliente de la historia no es el aspecto técnico; sino el humano: “si se elige a cualquiera de las personas que iba a bordo del barco, se podría escribir un libro, o hacer una película, porque cada persona que iba a bordo, tiene una larga historia detrás de sí, por su forma de comportarse, lo que había hecho para embarcarse, a dónde iba, etc.”

Ciertamente resultaba ser una multitud heterogénea la que se encontraban navegando con el Titanic, que abarcaba desde las personas más poderosas y acaudaladas del mundo como John Jacob Astor, Benjamin Guggenheim y Molly Brown, hasta muy humildes pasajeros de tercera clase que en su mayoría zarparon con la esperanza de arribar a Estados Unidos y quedarse a vivir en el país para encontrar mayores oportunidades de progreso.

Tal es la historia de Milvina Dean, la sobreviviente más joven del Titanic, la cual fue embarcada en brazos de sus padres londinenses los cuales tenían el objetivo de montar una tabaquería en Norteamérica y para lograrlo vendieron todo lo que tenían en Inglaterra. La madre y el hermano de ésta lograron sobrevivir a la tragedia, sin embargo, el padre no corrió con la misma suerte: “Milvina, cuenta la historia desde boca de su madre, porque claro, ella era una niña de seis semanas de nacida y no recuerda nada. La madre vivió toda su vida pensando en cómo vio morir a su marido, cuando iba en el bote salvavidas quería tirarse al agua, pero la agarraron entre los demás y claro que nunca pudo olvidar esas imágenes, y también dice del buen comportamiento de la tripulación”, cuenta Ferreiro el cuál era amigo cercano de la mujer que falleció hace apenas tres años.

Asimismo asegura que durante el naufragio todos los tripulantes dieron muestras de valor, elegancia, educación y amor: “yo que me he leído todas las historias de casi todas las personas que iban abordo, te percatas que murió mucha gente por salvar a otras personas y mostraron valores que ahora mismo casi ni cotizan, hace cien años eran unos valores por los que a la gente se le respetaba y se le admiraba, hoy la educación, el respeto, la valentía, el amor la grandeza ya casi ni existen entre las personas”.

Titanic sigue su navegación

En las profundidades del mar de Terranova descansan las ruinas del Titanic, sin embargo pareciera que su leyenda navega y da la vuelta al mundo una y otra vez desde el día en que zozobró.  La expectación por el barco es tan grande que personas de todas las latitudes del mundo han dedicado su vida a la investigación y preservación de los detalles de esta historia.

Tal es el caso de Tony Probst, inglés radicado en Estados Unidos considerado poseedor de una de las más grandes colecciones de artefactos y documentos del Titanic y administrador de una página web llamada titaniccollector.com, en la cual muestra parte de su colección y mantiene contacto con otros fanáticos del tema: “Dejé Inglaterra cuando tenía seis años. Mientras Inglaterra desaparecía en el horizonte mi padre me dio un ejemplar de A Night To Remember la historia contada por Walter Lord. La leí en unos cuantos días y quedé fascinado por el barco”, dijo en entrevista para este diario.

El coleccionista que conserva alrededor de 700 artículos relacionados a la leyenda cuenta que empezó a con esta actividad cuando  uno de sus amigos en Canadá, que enterado de su afición, le regaló un cheque del fondo de ayuda para un sobreviviente del Titanic firmado por este. Tiempo después adquirió una silla de la cubierta del barco: “siempre estoy en busca de artículos nuevos, en muchas ocasiones recibo correos de personas que tratan de venderme artículos falsos, esto ocurre dos o tres veces por semana”, afirmó.

Entre su colección se destacan cartas enviadas desde la oficina postal del barco, artefactos decorativos, piezas de madera de las escaleras del barco rescatadas desde las profundidades, archivos fotográficos inéditos y réplicas de la vajilla utilizada en primera clase.

Por otra parte, el presidente de la fundación española del Titanic asegura que durante 25 años trabajó con temas relacionados a la navegación: “Titanic es un icono para todos los que amamos la mar. En mi programa de radio cada día 14 y 15 de abril yo dedicaba un especial para conmemorar el Titanic, con este motivo conocí a 39 supervivientes a los que fui entrevistando y bueno pues de ahí empecé un poco a relacionarme con la tragedia”.

Más tarde, con el objetivo de promover la memoria histórica,  estableció la fundación que nació apenas cuatro años atrás y cuenta con un número destacado de miembros en varios rincones del planeta. Asimismo, se encarga de organizar conferencias, concursos, reuniones con familiares directos de los sobrevivientes, divulgar la historia y la organización de una de las exposiciones más visitadas del mundo “The Titanic Exhibition”, todo esto sin reportar ganancias personales de acuerdo con Jesús Ferreiro.

Otros de los personajes más destacados que dedicaron sus estudios e interés por el RMS Titanic fueron los historiadores Brian Meister, Phillip Gowan y Don Lynch.

En una reflexión que comparte con este diario, Jesús Ferreiro asegura que el Titanic es apasionante porque es como la vida misma: “nace, navega, es grande, tiene miserias, tiene grandezas y justo cuando se cree omnipotente,  resulta que va y termina con toda la grandeza y toda la historia que se quería contar en torno a su larga vida cuando un iceberg casi rozándolo, sin chocar casi con él, lo hunde”.

Celebraciones en grande

Para conmemorar el primer siglo de existencia y ocaso del más legendario de los buques de la historia universal, se preparan eventos en varias partes del mundo entre los que destacan lanzamientos de libros, exposiciones, cenas de gala con miembros de las fundaciones y familiares de las víctimas, así como la exposición de nuevas imágenes de los restos del barco difundidas por  la revista National  Geographic.

Asimismo, éste será el año de arranque para dos eventos sin precedentes, el primero de ellos es el lanzamiento de una cuenta de Twitter en la que pasajeros, tripulación, capitanes, ingenieros y figuras destacadas que asistieron en este viaje, simulan relatar los hechos en tiempo real a través de la cuenta @TitanicRealTime, creado por la editorial The History Press, el portal asegura que el objetivo es que los seguidores vivan la experiencia del épico viaje, como si fueran abordo con los tuits que se publican minuto a minuto.

El segundo y más importante de los eventos a llevarse a cabo este año es la inauguración del Titanic Belfast Festival,  que comprende una serie de eventos espectaculares en el barrio de la capital norirlandesa, conocido como Titanic Quarter-el antiguo astillero de Harland & Wolff que vio nacer al gigantesco buque.

Las actividades se concentrarán principalmente en un edificio que cuenta con seis extensos pisos y una arquitectura fastuosa que simula la imagen del Titanic, el cual albergará espectáculos de teatro, música y cine, por lo que los visitantes podrán experimentar la sensación de encontrase abordo de la nave.

Las autoridades de Belfast pretenden convertir a este espacio en una plataforma turística para la capital con actividades durante todo el año.

Por su parte, en España, la fundación celebrará una cena de gala en el Museo Marítimo de Barcelona el día 14 de abril a la misma hora que se sirviera la última cena del transatlántico, en la cual se degustará el mismo menú y se tocará la música que aquella noche escucharon los pasajeros: “a esta cena asistirán como invitados familiares directos de pasajeros y tripulantes que llegarán a Barcelona procedentes de Estados Unidos y de toda Europa que conmemorarán con nosotros los cien años”, concluyó su fundador Jesús Ferreiro.

Secretos del éxito fílmico

Un hobby desencadenó una industria. Nadie lo hubiera pensado. Probablemente ni siquiera el cineasta James Cameron imaginó que luego de una inmersión acuática —es fanático declarado del buceo de gran profundidad— daría con una idea que a la postre lo convertiría en el director responsable de las dos cintas con mayor recaudación global en la historia. Al parecer, lo de Cameron tiene que ver con el destino.

El cineasta, que antes de Titanic se había hecho cargo de los filmes Terminator, Aliens: El regreso, El abismo, Terminator 2: El día del juicio final y Mentiras verdaderas, comenzó a concebir la idea de llevar el naufragio al cine desde 1989.

Como parte de la investigación para el filme, que él dirigió y escribió, platicó con Robert Ballard, reconocido oceanógrafo especializado en arqueología submarina y quien descubriera los restos del RMS Titanic, en 1985.

Tras la plática, y con el deseo encendido, Cameron comenzó a esbozar la idea de llevar al cine la historia del mítico naufragio. Poco a poco recopiló información en torno a los hechos que costaron la vida a mil 522 personas el 15 de abril de 1912, cuando el imponente navío se hundió luego de chocar contra un iceberg.

Con los bocetos de la historia, Cameron acudió con los ejecutivos de los estudios 20th Century Fox quienes, confiados en el éxito previo del director canadiense, autorizaron el proyecto.

Según diversos reportes, la aventura conjunta requirió una inversión inicial de 57 millones de dólares para construir el Fox Baja Studios, en Rosarito, Baja California, en donde se llevaría a cabo la filmación que comenzó en septiembre de 1996 y que culminó en marzo de 1997.

El ambicioso plan de Cameron iba más allá de revivir la tragedia náutica pues, en medio del accidente, tenía pensado incluir la ahora icónica historia de amor entre Jack y Rose, interpretados por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, respectivamente, con tal de dotar de mayor dramatismo a la cinta. La selección de ambos actores fue una nueva apuesta para el cineasta que confiaba en ellos para acaparar los reflectores.

Con DiCaprio iba más a la segura. El actor, en aquel entonces de 23 años de edad, ya tenía en su haber cintas como ¿A quién ama Gilbert Grape? (1993), Romeo + Julieta (1996) y La habitación de Marvin (1996). Sin embargo, con Winslet jugó todas las canicas. A sus 22 años de edad, la británica había participado en Criaturas celestiales (1994), Sentido y sensibilidad (1995) y Hamlet (1996), ninguna de ellas películas de altos alcances comerciales.

Con los protagonistas y el resto del elenco definidos — Billy Zane, Kathy Bates, Bill Paxton, Frances Fisher y Gloria Stuart, entre otros— Cameron se embarcó, literalmente, en la odisea de filmar en agosto de 1996 con una fecha de estreno programada para el 2 de julio de 1997.

Acorde con la temática, la titánica tarea rebasó a Cameron y su equipo quienes, a través del estudio y en mayo de 1997, confirmaron que la cinta cambiaba su fecha de estreno para el 19 de diciembre del mismo año. Por las mismas fechas se conocía que el presupuesto de la cinta había rebasado en un 40 por ciento lo estimado para alcanzar los 200 millones de dólares, cifra histórica para la época.

A partir de ambas noticias se desataron los rumores que apuntaban a un fracaso tanto del cineasta como de los estudios que corrían el riesgo de quebrar en caso de que Titanic se hundiera como la nave que la inspiró. Cameron renunció a su sueldo como director en un gesto de solidaridad con el proyecto en espera de los resultados en taquilla.

Finalmente el día llegó. La expectativa alrededor de la cinta era grande y la gente respondió positivamente ante la considerada, hasta ese entonces, la película más cara de la historia. En Estados Unidos, en su primer fin de semana recaudó 28.6 millones de dólares, cifra que, al paso de dos semanas, creció hasta alcanzar los 124 millones de dólares en territorio estadunidense. Casi dos meses después, Titanic recuperaba su inversión y dejaba grandes ganancias al acumular 360 millones de billetes verdes en el mercado global.

El comportamiento en taquillas se replicó en todo el mundo y logró que, con mil 843 millones de dólares, se colocara como la cinta más exitosa en el cine durante muchos años.

Al menos hasta que de la mano del propio James Cameron llegó Avatar para robar ese récord y fijar la marca en dos mil 782 millones de dólares.

Ahora, con el reestreno de la cinta en 3D, proceso al que Cameron se dedicó en los últimos siete años, se espera que el Titanic fílmico surque de nueva cuenta el mar hacia su fatal destino con la certeza de que en el proceso seguirá rompiendo sus propias marcas. El público está en espera de este estreno a la par del recuerdo de los cien años del hundimiento. 

Boleto codiciado entra en la subasta millonaria

Un boleto de entrada para la presentación del Titanic y un menú de la primera clase se encuentran entre los objetos que serán subastados este mes, exactamente 100 años después de que el transatlántico se hundió tras chocar con un iceberg.

El boleto preferente para la presentación del barco está fechado el 31 de marzo de 1911 y es “el único ejemplo conocido de un comprobante de admisión intacto”, puntualizó Dietrich. Se estima que podría venderse por 50 mil o, hasta, 70 mil dólares.

El menú, que se espera facture entre 25 mil y 35 mil dólares, deja entrever la opulencia del “palacio flotante”. Escrito en francés e inglés, ofrecía capón de Surrey, lengua de buey, filete de patito, ostras y postre de piña.

La subasta de la casa Bonhams del 15 de abril también incluye un informe manuscrito de Arthur Rostron, el capitán del Carpathia, el primer barco que llegó al lugar del desastre tras escuchar la llamada de auxilio del Titanic.

El escrito, que se estima podría venderse entre 90 mil y 120 mil dólares, ofrece “un relato y una cronología completa de lo que ocurrió desde el momento en que el Titanic chocó con un témpano hasta que se hundió el barco”, manifestó el pasado viernes Gregg K. Dietrich, experto en arte marítimo de Bonhams.

Casi todos los 88 documentos y objetos están relacionados con la tripulación o los pasajeros a bordo del barco, así como con el accidente ocurrido la madrugada del 15 de abril de 1912.

El Titanic se hundió tras chocar con un iceberg en su viaje inaugural de Southampton, Inglaterra a Nueva York.

También estarán a la venta 35 de los 37 mensajes del registro de señales del
barco hermano del Titanic, el Olympic.

El primer mensaje del Titanic al Olympic, que se encontraba a 885 kilómetros dice: “Titanic envía señal de auxilio ... Chocamos contra un témpano”, obtendría entre 25 mil y 35 mil dólares, según las previsiones.

Una colección de 20 cartas escritas por los sobrevivientes del Titanic serán vendidas en conjunto por 30 mil o 50 mil dólares. Fueron reunidas por Andrew J. Cannata, quien en 1969 realizó una investigación sobre el Titanic, cuando cursaba la secundaria.

Cannata escribió 30 solicitudes a los sobrevivientes del accidente y recibió 20 respuestas.

Las cartas provienen de pasajeros de primera, segunda y tercera clase, así como integrantes de la tripulación que dieron “varias versiones de lo que ocurrió a bordo del barco cuando se hundía”, señaló Dietrich.

La pasajera de segunda clase Lilian W. Bentham escribió que pudo alejarse en un bote salvavidas antes de que se hundiera el barco y “hasta hoy puedo escuchar los llamados de auxilio”.

Entre los objetos también se encuentra la única fotografía del iceberg que provocó la tragedia.

El próximo 15 de abril se llevará a cabo la subasta de 180 artículos relacionados con el Titanic destinada a coleccionistas.

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