Mientras el Titanic zarpa del puerto de Southampton, los fotógrafos inmortalizan el momento desde un barco cercano. Cinco días después, este símbolo de una edad dorada, de unos años de progreso y opulencia, yacía en el fondo del Atlántico Norte. «La historia del Titanic siempre se recordará», dice Robert Ballard. Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
A las 2.20 horas del 15 de abril de 1912, el ‘insumergible’ RMS Titanic desapareció bajo las olas, llevándose consigo 1.500 vidas. Cien años después, nuevas tecnologías revelan las imágenes más completas, y las más íntimas, del famoso naufragio. A continuación, 24 fotografías publicadas por la revista National Geographic de su número de abril, poco antes de que se cumpla el centenario del hundimiento del barco. En ellas se incluyen nuevas composiciones fotográficas de los restos del gigantesco navío ahora en su lecho abisal en el Atlántico. 1. Este portillo es uno de los más de 5.000 objetos recuperados cerca del pecio del Titanic.
A unos cuatro kilómetros de profundidad, la espectral proa del Titanic emerge de la oscuridad durante una inmersión del explorador y cineasta James Cameron en 2001. El barco habría resistido una colisión frontal con un iceberg, pero el choque por el costado de estribor perforó demasiados compartimentos estancos.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
Las hélices del Olympic (hermano gemelo del Titanic) eclipsan a los trabajadores del astillero de Belfast donde se construyeron los dos transatlánticos. Se conservan pocas fotografías del Titanic, pero el Olympic permite hacerse una idea de su majestuoso diseño.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC./National Museums Northern Ireland, Collection Harland and Wolff, Ulster Folk & Transport Museum
Con el timón hincado en la arena y dos aspas de una hélice asomando entre el fango, la maltrecha popa del Titanic yace en la llanura abisal, 600 metros al sur de la proa, mucho más fotografiada. Esta imagen es una combinación de 300 fotografías de alta resolución tomadas en una expedición de 2010.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
Tal vez el caballero propietario de este reloj de bolsillo con montura de plata puso la hora de Nueva York suponiendo una feliz llegada a puerto.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
En una época en que el atuendo definía al hombre, este sombrero de bombín, de fieltro de pelo de conejo, debió de pertenecer a un hombre de negocios.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
Las primeras panorámicas completas del legendario pecio: Las etéreas imágenes de la proa del Titanic ofrecen una riqueza de detalles antes nunca vista. Cada uno de los fotomontajes se compone de 1.500 imágenes de alta resolución, rectificadas con datos de sonar.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
Las primeras panorámicas completas del legendario pecio: Como se aprecia en el perfil de estribor, el Titanic se combó al chocar con el fondo, y el casco delantero quedó enterrado en el fango, lo que oculta, tal vez para siempre, las heridas mortales infligidas por el iceberg.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
Las primeras panorámicas completas del legendario pecio: La vapuleada popa del Titanic, captada aquí de perfil, muestra los graves daños sufridos mientras se precipitaba al fondo girando sobre sí misma.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
Las primeras panorámicas completas del legendario pecio: La popa del Titanic vista desde arriba. Identificar esta maraña de metal plantea a los expertos una serie interminable de desafíos. «Para interpretar este material, hay que ser un fanático de Picasso», dice uno de ellos.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
Este anillo de platino y diamantes fue hallado en una bolsita de piel. Las mujeres lucían joyas como esta en los suntuosos actos sociales del barco.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
Dos motores del Titanic han quedado al descubierto a través de una brecha de la popa. Cubiertos de «carámbanos de óxido», estalactitas naranjas formadas por bacterias que se alimentan de hierro, estas colosales estructuras de cuatro pisos de altura propulsaron en el pasado al mayor objeto móvil construido por el hombre.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
Estas botas estaban en la maleta de piel de William Henry Allen, de 35 años y mecánico de profesión. Como muchos pasajeros de tercera clase, no sobrevivió.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
James Cameron reúne a expertos del Titanic en un estudio cinematográfico de California para intercambiar ideas sobre el modo en que el barco se hundió y se partió. Entre las herramientas de su investigación: una maqueta de 12 metros, muchas horas de vídeo del propio pecio, mapas del yacimiento y simulaciones del hundimiento realizadas con ordenador.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
Cargada de carámbanos de óxido, un ancla de 15 toneladas cuelga del costado de babor del barco. El ancla de estribor se utilizó en las escalas de Cherburgo (Francia) y Queenstown (Irlanda), pero esta nunca se empleó. Sobre el sedimento del lecho marino yace una sección caída de la barandilla de acero de la proa.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
Cargada de carámbanos de óxido, un ancla de 15 toneladas cuelga del costado de babor del barco. El ancla de estribor se utilizó en las escalas de Cherburgo (Francia) y Queenstown (Irlanda), pero esta nunca se empleó. Sobre el sedimento del lecho marino yace una sección caída de la barandilla de acero de la proa.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
Cargada de carámbanos de óxido, un ancla de 15 toneladas cuelga del costado de babor del barco. El ancla de estribor se utilizó en las escalas de Cherburgo (Francia) y Queenstown (Irlanda), pero esta nunca se empleó. Sobre el sedimento del lecho marino yace una sección caída de la barandilla de acero de la proa.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
Cubierta de botes: Un único pescante sobrevive en la cubierta superior a la de paseo. Se necesitaban dos pescantes como este, uno en cada extremo del bote, para arriar un bote salvavidas al mar. El de la imagen se usó para bajar el bote plegable C, en el que J. Bruce Ismay, presidente de la compañía propietaria del Titanic, consiguió salvarse.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
Cubierta de botes: Cables y poleas unen los pescantes del Olympic con dos de sus botes salvavidas (derecha).
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
Los baños turcos: Baldosas de cerámica enmarcadas en madera de teca resplandecen en la zona de baños termales de primera clase. «Por primera vez en cien años, vemos lo mismo que vieron los pasajeros en 1912», dice Ken Marschall, quien creó vistas de los interiores combinando múltiples fotos individuales.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
Los baños turcos: El esplendor oriental de la zona termal del Olympic inspiró el nombre de «baños turcos» en las instalaciones de ambos barcos.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
Navegando entre lujos: Sobre la chimenea eléctrica de la elegante suite de los Straus, parecida a la del Olympic (foto siguiente), se conserva intacto un reloj dorado. Isidor Straus, uno de los dueños de los grandes almacenes Macy’s, y su esposa, Ida, murieron juntos tras rehusar ella a subir a un bote salvavidas sin su marido. Al hallar el cuerpo de él, vestía abrigo forrado de piel, traje gris, botas marrones y calcetines negros de seda.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
Navegando entre lujos: Un reloj dorado en el Olympic.
Foto: National Geographic/RMS TITANIC, INC.
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